@rosiorozco
Presidenta de la Comisión Unidos vs Trata de Personas
Cuando miles de personas sufren a nuestro alrededor y las vidas de otros miles están en riesgo, todos debemos estar dispuestos a unirnos para ponerle fin a este dolor.
En marzo, viajamos a Nueva York para participar en la 60º Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en la sede de las Naciones Unidas. Allí, conocimos a organizaciones no gubernamentales de todo el mundo que combaten la trata de personas. Fueron días de mucho aprendizaje para regresar a México decididos a seguir avanzando.
En este viaje, tuvimos el privilegio de conocer a la Coalition pour l’Abolition de la Prostitution (CAP International), conformada por 14 asociaciones de Francia, España, Irlanda, Alemania, India, Sudáfrica, Líbano, Letonia, Dinamarca, Países Bajos, Estados Unidos y Canadá. Grégoire Théry, miembro de CAP International y uno de los principales impulsores de la nueva legislación francesa en materia de prostitución y trata de personas, nos explicó los puntos más importantes de esta nueva ley promulgada el 6 de abril. En sus propias palabras, este proyecto abolicionista es un hecho histórico para Francia.
En Comisión Unidos vs. Trata, hemos procurado nunca caer en extremos. Siempre hemos respetado la libertad de todas las personas. Sin dar un mensaje “moralino” porque nuestros enemigos no son los hombres y mujeres que deciden libremente ejercer la prostitución; nuestros enemigos son los tratantes que viven de explotar a otros. Nuestra lucha es contra la trata de personas. En nuestro camino, hemos conocido y escuchado a aquellos que tienen opiniones diferentes a las nuestras. Por ello, consideramos importante escuchar a gente como Grégoire Théry, quien coordinó el trabajo de 60 organizaciones de la sociedad civil en Francia, las cuales durante años han investigado este fenómeno, y han concluido que el 90% de lo que parece prostitución es en realidad trata de personas.
La nueva ley francesa parte del supuesto de que la prostitución es una forma de violencia y un obstáculo para la igualdad social, económica y política. Dado que la mayoría de quien la ejerce son de sexo femenino y los clientes de sexo masculino, resulta también una violencia de género y un impedimento para lograr la equidad entre hombres y mujeres. Estas 14 organizaciones han trabajado por años a favor de las personas que viven de este oficio. Respaldados por su experiencia, que en el caso de Mouvement Du Nid, es de más de 70 años, las asociaciones afirman que un gran porcentaje de las personas prostituidas sufrieron violencia, muchas veces sexual, antes de ingresar a este sistema de explotación. Además, los activistas apuntan a que la mayoría de la gente que “elige” prostituirse, lo hace porque económicamente o socialmente se encuentra oprimida. Asimismo, señalan que muchas mujeres admiten que, si tuvieran otro medio para salir adelante, la dejarían.
Del mismo modo, CAP International considera que la prostitución es parte de una larga tradición patriarcal que ha puesto los cuerpos de las mujeres a disposición de los hombres. Además, ésta explota otras formas de desigualdad, como la de los ricos (los que pueden pagar) sobre los pobres (aquellos que no ven más opción que vender su cuerpo para sobrevivir). Así, “el trabajo más antiguo del mundo”, como se le ha llamado para normalizarlo y justificarlo, es en realidad un sistema de explotación y por lo tanto debe denominarse “sistema prostituyente” (système prostitueur, en francés). Por último, cap International advierte que éste refuerza la cosificación de las mujeres y sus cuerpos, y crea una demanda que es satisfecha a través de la trata de personas. “Los tratantes organizan la oferta para satisfacer la demanda”, apunta Théry.
Francia ha promulgado una
ley que descriminaliza a
quienes ofrecen servicios sexuales
y establece multas para los
consumidores
Con este espíritu, después de 2 años de debate en el parlamento, Francia ha promulgado una ley que descriminaliza a quienes ofrecen servicios sexuales y establece multas para los consumidores. Así, pone fin a 76 años de represión contra las personas en prostitución y ofrece nuevas opciones para la prevención y la reinserción. Ahora, el estado francés está obligado a destinar recursos para que las víctimas de este fenómeno puedan abandonar esta realidad. En añadidura, se reforzará el combate a la trata de personas y ese país, otorgará identificaciones y residencia temporal a las víctimas de trata, incluso si no están en posición de denunciar a sus victimarios. Por otra parte, han desaparecido los medios comisivos de la ley francesa ya que ésta no distingue entre la explotación “voluntaria” y la explotación forzada.
En México, los medios comisivos son considerados agravantes pues, tras consultar a diferentes abogados, jueces y otros expertos, se concluyó que no era posible exigir a las víctimas recién rescatadas comprobarlos. Una víctima que sólo piensa en desaparecer o acabar con su vida no está en condiciones de demostrar cómo fue sometida. De otro modo, sería difícil comprobar el delito y se promovería la impunidad. Esta nueva legislación, explicó Grégoire Théry, irá acompañada de cambios en distintas políticas públicas. Entre ellas, destaca una política educativa que exige a las escuelas instruir sobre la no mercantilización del cuerpo humano.
Sus detractores señalan que la criminalización de los clientes provocará que la prostitución se vuelva todavía más clandestina y, por lo tanto, que las condiciones de los trabajadores sexuales sean más peligrosas. Si las estimaciones de los parlamentarios son ciertas, sólo 1 de cada 10 personas prostituidas ha elegido “libremente” este camino. Y aún en caso de que decidiera no abandonar su situación mediante los nuevos apoyos del gobierno francés, la legislación abolicionista la empoderaría. ¿Cómo sucedería esto? Si un cliente intenta forzarle a actos indeseados, podría denunciarlo sin temor a la policía. Como ofrecer sexo no está penado, pero sí comprarlo, las personas prostituidas tienen a las autoridades de su parte. Ahora poseen una herramienta más para protegerse de quienes no aceptan sus condiciones.
De esta manera, el país galo se ha convertido en el cuarto en Europa, después de Suecia, Noruega e Islandia, en adoptar una legislación abolicionista del sistema prostituyente. En 1999, Suecia fue la primera nación del mundo en criminalizar a los clientes de la prostitución; una década después, los efectos de esta medida fueron evaluados por una comisión del gobierno encabezada por el Canciller de Justicia. El reporte final concluyó que la legislación abolicionista había logrado sus propósitos: la prostitución en las calles se había reducido en un 50% y la trata de personas había decrecido consideradamente. Además, la disminución de la prostitución en las calles no había implicado el incremento desmedido de ésta en otras áreas, ni siquiera en el mercado online. Por último, las encuestas revelaban una profunda transformación social: la población que apoyaba la penalización de los clientes había pasado del 30% al 70% en esos 10 años.
De forma opuesta, “los países que han regularizado la prostitución han fracasado rotundamente en el combate a la trata de personas. Legalizar la prostitución sólo da poder a los tratantes”, sostiene Théry. Quienes han optado por el modelo de la regularización se encuentran los Países Bajos. El Reporte nacional sobre trata de personas, presentado en 2012, muestra que el número de víctimas identificadas se elevó de 716 a mil 222 entre 2007 y 2011. Al contrario del caso de Suecia, las áreas en donde se ejerce la prostitución se han multiplicado en los Países Bajos pese a los esfuerzos del gobierno de restringirla a determinadas zonas por petición de los ciudadanos que denunciaban que la policía era incapaz de controlar la violencia y la inseguridad generada.
Aunado a esto, la policía nacional Korps Landelijke Politiediensten (KLPD) estima que entre el 50% y el 90% de las personas prostituidas en la zona roja de Ámsterdam son víctimas de redes de trata de Turquía, Hungría, Rumania y Bulgaria. Al respecto, la Europol ha dado a conocer que la mayoría de las víctimas son trasladadas hacia los países que han legalizado la prostitución.
En medio de este debate sobre cuál modelo elegir, si la abolición o la regularización, es importante mencionar el artículo, Does Legalized Prostitution Increase Human Trafficking?, realizado por universidades de Alemania, Suiza e Inglaterra. Tras un análisis cuantitativo en más de 150 países, el estudio concluye que, en efecto, en los países donde la prostitución es legalizada, la trata de personas aumenta. No obstante, advierte que la naturaleza clandestina de ambos fenómenos hace complicado obtener evidencia contundente.
En México no hemos adoptado el modelo sueco ni el modelo holandés. En cambio, tenemos un régimen prohibicionista con zonas de tolerancia en donde la prostitución es regulada. Sin embargo, los números de ésta son de proporciones enormes. Mientras que en Francia se calcula que existen 20 mil personas en situación de prostitución y en Países Bajos, de 20 mil a 30 mil, en México, de acuerdo con el documento Sexual Exploitation. Prostitution and Organized Crime de la Fondation Scelles, hay entre 400 mil y 500 mil. Asimismo, las autoridades mexicanas han reconocido que 20 mil niños y niñas son víctimas de la explotación sexual, pero algunas organizaciones de la sociedad civil estiman que podrían ser 70 mil. ¿Cómo explicar estos números? La Organización destaca 6 factores de riesgo que provocan que la gente caiga en el sistema prostituyente: la fuerte presencia de la violencia social, la pobreza, un débil sistema de justicia, una alta migración, discriminación sexual y abuso sexual. En nuestro país, la misma cultura machista que permite y aprueba que cada día 6 mujeres sean asesinadas por crímenes de violencia de género, es la que promueve la mercantilización de miles de cuerpos de mujeres, niños y niñas.
En los países donde la prostitución
es legalizada, la trata de personas
aumenta.
Durante las últimas semanas han circulado noticias sobre abuso sexual y pederastia en nuestro país. El caso de Walter Suk, un hombre canadiense que fue grabado mientras besaba en la boca a una niña de 3 años en Acapulco, dio a conocer a la sociedad en general algo que las organizaciones de la sociedad civil han señalado por mucho tiempo: Acapulco, Cancún y otros de los principales destinos turísticos en México son también focos rojos del turismo sexual infantil. La situación se ha complicado durante los últimos años porque el crimen organizado ha comenzado también a controlar la prostitución y la trata. En una nación como la nuestra, que enfrenta grandes retos en cuanto al combate a la pobreza y a la violencia, muchas personas también son víctimas de este sistema de explotación. Aquellos que ya han sufrido por no tener un pan que comer, un techo donde dormir, una familia a la que amar, son los más vulnerables a sufrir la explotación sexual y ser despojados de sus propios cuerpos.
Los dueños de los grandes intereses económicos que se han visto afectados por la abolición del sistema prostituyente, explica Théry, han desarrollado, sobre todo en Estados Unidos, una retórica fundada en la libertad de elección. Sin embargo, parecieran no percatarse que las personas no sólo son víctimas de otras personas, también son víctimas de situaciones. Aquellos que han defendido la regularización de la prostitución, argumentan que para muchas mujeres ésta les genera un ingreso significativamente más alto que el que podrían conseguir en otros trabajos. Por desgracia, se ha documentado que este fenómeno pocas veces es sinónimo de movilidad social y que más bien, crea grupos sociales que generación tras generación se vinculan con ella sin que esto implique una mejoría en sus condiciones de vida.
Otros detractores del modelo abolicionista han sostenido que la prostitución empodera a las mujeres al hacerlas dueñas de su sexualidad. A ellos, Mouvement du Nid ha contestado que dicha práctica tiene poco que ver con la sexualidad, pues consiste en la repetición del acto sexual no con fines placenteros sino económicos. Es una relación de poder, en donde un dominador somete a un dominado a cambio de un intercambio económico. Estos grupos, como lo expone esta asociación francesa, no son moralistas, por el contrario, les interesa que todos y todas puedan vivir una sexualidad libre de cuestiones mercantiles, de violencia y de dominación. “Somos radicales en el sentido estricto de la palabra: vamos a las raíces de este privilegio que los hombres tienen de controlar los cuerpos de las mujeres”, sostiene Théry. Así, en Francia, después de muchos años, han logrado una victoria. No obstante, el trabajo continúa porque ahora es necesario supervisar que la nueva ley se aplique y medir sus resultados en el largo plazo.
En México, debemos continuar el debate de cómo posicionarnos al respecto de la prostitución, dadas las experiencias en otras partes del mundo y sin dejar a un lado las características del nuestro. No somos abolicionistas pero tampoco reguladores, es un tema que habremos de poner todavía en la mesa. Porque no se castiga en México, pero si la trata de personas. En este tema hemos avanzado más que cualquier país iberoamericano, pero nos queda mucho por hacer todavía. Necesitamos que más estados armonicen sus leyes locales con la Ley General y que se dicten más sentencias condenatorias. Debemos capacitar a más servidores públicos en el tema y asegurarnos que todos los cambios a la ley nunca impliquen retrocesos.
En estos meses de procesos electorales, debemos exigir a los candidatos a puestos públicos que se pronuncien en contra de la trata de personas. Invitamos a todos los candidatos a las distintas gubernaturas a firmar un compromiso contra la esclavitud. Unidos haremos la diferencia. Cuando miles de personas sufren a nuestro alrededor y las vidas de otros miles están en riesgo, todos debemos estar dispuestos a unirnos para ponerle fin a este dolor. El primer paso para solucionar la trata de personas es escucharnos y unirnos. Enriquezcámonos del diálogo, aprendamos de aquellos que van a la vanguardia y tengamos siempre presente que nuestra labor es por los más vulnerables.