No es ninguna novedad el hecho de que los impuestos son una fuente importante de recursos para sufragar los gastos de cualquier gobierno. Para los países en vías de desarrollo como México, los impuestos corporativos aún juegan un rol primordial, por lo que es fundamental asegurar que la tasa nominal vaya acorde con las tendencias globales.
El 15 de enero de 2019 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó un reporte denominado “Corporate Tax Statistics”, en el cual, entre otros puntos, hace un análisis de los ingresos gubernamentales provenientes de impuestos corporativos y de las tasas corporativas nominales en 94 jurisdicciones. A continuación se analizan y comentan algunos de los datos más significativos con un enfoque para México.
De acuerdo con los datos de la OCDE, el promedio que representaron los ingresos gubernamentales por impuestos corporativos respecto del Producto Interno Bruto (PIB) para 2016 fue de un 3.4% en Latinoamérica y el Caribe, mientras que en los países de la OCDE fue de un 2.9% y en África de 2.8%.
La OCDE destaca en su análisis que los ingresos gubernamentales por impuestos corporativos decrecen por dos factores: el primero son los ciclos económicos relacionados con crisis financieras o económicas; el segundo es el precio de las materias primas que afecta los ingresos gubernamentales para países que dependen de la explotación de recursos naturales.
En el caso mexicano, los ingresos gubernamentales por impuestos corporativos respecto del PIB se situó entre un 3 y 4%. Aun cuando dicho porcentaje está alineado con otros países de Latinoamérica y el Caribe, el porcentaje que representan los ingresos por impuestos corporativos respecto del PIB es más alto que en otros países de la OCDE.
Otro de los datos que resulta relevante comentar son las tendencias en las tasas corporativas nominales a nivel mundial. La OCDE destaca que en las últimas dos décadas, el promedio de las tasas de impuestos corporativos nominales ha disminuido. En el año 2000, el promedio de tasas corporativas nominales (combinando impuestos federales y estatales) fue de 28.6%, en el año 2017 fue de 21.7% y en el año 2018 fue de 21.4%.
De un comparativo efectuado del año 2000 al 2018 por dicha organización, se hizo notar que 76 jurisdicciones tenían tasas de impuestos menores, 12 tenían las mismas tasas y sólo 6 tenían tasas más altas.
El estudio de la OCDE señala que durante el año 2000, 58 de 94 jurisdicciones analizadas tenían una tasa corporativa nominal igual o mayor a 30%. Para 2018, sólo 18 jurisdicciones mantuvieron una tasa corporativa nominal igual o mayor a 30%. La OCDE resalta que la mayor parte de las jurisdicciones analizadas tiene una tasa de entre un 10% y un 30%.
La disminución de tasas corporativas nominales más significativa se ha dado en países de la OCDE, pasando de un promedio de 32.2% en 2000 a un 23.7% en 2018. Para 2018, a nivel regional, el promedio de tasa corporativa nominal en África fue de un 27.1%, de 18.4% en Asia y de 17.9% en Latinoamérica y el Caribe.
En el caso mexicano, la tasa corporativa nominal es de un 30% (impuesto sobre la renta para personas morales). En este sentido, la tasa se encuentra por encima del promedio de las tasas corporativas nominales en Latinoamérica y el Caribe, Asia, África y de los países miembros de la OCDE, dentro de los cuales se encuentra México.
Valdría la pena analizar si la tasa corporativa actual de México sigue siendo competitiva en comparación con otros países y, en su caso, estudiar la posibilidad de disminuirla, en atención a las tendencias a nivel global mencionadas.
“En el caso mexicano, la tasa corporativa nominal es de un 30% (ISR para personas morales). En este sentido, la tasa se encuentra por encima del promedio de las tasas corporativas nominales en Latinoamérica y el Caribe, Asia, África y de los países miembros de la OCDE, dentro de los cuales se encuentra México.”
El nuevo gobierno federal se ha comprometido a no incrementar los impuestos. De hecho, a inicios de este año, se publicó un decreto presidencial que contiene un estímulo fiscal que permite a ciertas empresas ubicadas en la región fronteriza norte del país pagar efectivamente un impuesto sobre la renta con una tasa de 20%, en lugar de la tasa de 30% establecida en la ley. No obstante, la aplicación de dicho estímulo está limitada temporal y territorialmente. Por ello, vale la pena que el gobierno considere seriamente la posibilidad de modificar directamente la tasa corporativa de impuesto sobre la renta a través de reformas legislativas, lo que otorga un beneficio con alcance nacional y mayor certidumbre para los contribuyentes.
Los ingresos gubernamentales del Estado mexicano dependen fuertemente de los impuestos recaudados. Sin embargo, dicha dependencia no debe seguir recayendo en gran medida en los impuestos corporativos. Es importante que el país sea atractivo para inversionistas nacionales y extranjeros. Por ello, la posibilidad de una reforma que reduzca la tasa corporativa actual debe ser un tema urgente y central de discusión en el Congreso de la Unión.