En estas cosas que ya no pasan en México de forma legítima, sino que son resultado de ocultismo y adversarios, estudiantes de la Escuela Normal Rural “Mactumactzá” (Chiapas), que protestaban porque las autoridades educativas pretendían que el examen de ingreso se hiciera exclusivamente por internet, cuando se trata de personas en las zonas más marginadas del país con carencia, incluso, de servicios básicos, fueron detenidos por fuerzas de seguridad estatales. La ONU-DH recibió alegaciones sobre actos de posibles detenciones arbitrarias, violencia sexual, abusos de poder y uso excesivo de la fuerza. En el momento fueron detenidos 95 estudiantes y dos indígenas desplazados del municipio de Chenalhó, posteriormente un juez liberó a 74 normalistas mujeres para llevar el proceso en libertad y a los 19 varones se les dictó prisión preventiva. El SNTE exigió la liberación de los estudiantes y manifestaron que la argucia judicial obedece al plan de desaparecer a las escuelas normales rurales y denunciaron la reducción del 90% presupuesto para éstas. Los padres de los 43 de Ayotzinapa también expresaron su rechazo a la represión. Después, el titular de la Subsecretaría de Educación Federalizada, José Luis Hernández de León, dio a conocer que el examen de selección para los alumnos de nuevo ingreso a la Escuela Normal Rural “Mactumactzá”, será presencial y se les proporcionará el equipo de cómputo necesario para presentarlo. Tan difícil sigue siendo comprender que en México la desigualdad y la pobreza siguen vigentes y la pandemia ha venido a agravar la situación. Quizá un poco menos de arrogancia y reconocer que algunas demandas sociales sí son legítimas evitaría más violaciones a los derechos humanos.