Cuando alguien nos comparte que dos o tres familiares o amigos no se ponen de acuerdo en alguna idea, lo consideramos común, y si tenemos tiempo, nos involucramos para ayudar a encontrar un consenso, dependiendo de la trascendencia del asunto y nuestro interés en el mismo.
Pero cuando el debate lo tienen Aristóteles, Epicuro, la corriente estoica del pensamiento, Leibniz, Lao Tzu o Confucio, los puros nombres nos avisan que el tema es profundo y complicado. En efecto, por años se ha tratado de definir qué es la felicidad y aquí solo se han citado algunos autores, pero créame, hay tantos como personas.
Todos tenemos la certeza de reconocer cuando estamos felices, o en estado de felicidad, pero nos cuesta mucho de explicar cómo lograrla, cómo alcanzarla, y cómo conservarla. A últimas fechas, pareciese un tema innecesario, incluso banal, propio de niños jugando a pensar. Pareciese en realidad que tu felicidad no le importa a nadie.
En el mundo de la música, el debate es un poco más optimista. Numerosos cantantes han prestado su talento y voces para inspirar el espíritu usando la felicidad como tema, y así nos lo demuestra el fallecido y talentoso yucateco Armando Manzanero, al igual que Gualberto Castro, el grupo ABBA con su tema en español grabado bajo ese mismo título, Vicentico, Los Socios del Ritmo, Grupo Bryndis, Enrique Guzmán, Palito Ortega o Los Claxons.
Un buen consejo de los abuelitos sería muy oportuno tener presente en esta discusión, y de gran ayuda para definir qué es la felicidad, pero al parecer también hemos perdido la costumbre de escucharlos.
Freud ya avisó que el estado de felicidad es utópico, y que su existencia no puede depender del mundo real, donde los individuos estamos expuestos a experiencias desagradables, al fracaso, a la frustración, y que lo más que podemos alcanzar es una felicidad parcial.
Desde la religión, se afirma que la verdadera felicidad es el estado de paz logrado a través de la comunión con Dios, mientras que los budistas estiman que la felicidad se alcanza a través de la liberación del sufrimiento y la superación del deseo, lográndose con entrenamiento mental.
¿Si el tema es tan discutido, tan absurdo para muchos, o absolutamente intrascendente para otros, cómo logró la búsqueda de la felicidad tener un día mundial reconocido, propuesto y apoyado por la ONU?
Bueno, la historia es digna de destacar. Un chico de 16 años tuvo una genial idea: en lugar de obsesionarse con el producto interno bruto de su país para valorar el grado de bienestar social de su nación, decidió crear el índice de Felicidad Nacional Bruta, para tasar en la felicidad de los ciudadanos, y no en su dinero, la forma de medir el bienestar del país.
No es ficción, la idea de ese chico adolescente ha madurado, han pasado 40 años de su epifanía, y ahora que ocupa la silla principal del Reino de Bután, al sur de Asia, en la cordillera del Himalaya, ve con orgullo que la ONU haya aceptado su idea, la propusiera como indicador internacional, y ahora mismo en muchos países ¡sea complemento al producto interno bruto para medir el bienestar nacional!
Entonces, deja de preocuparte tanto por el debate entre psicología, filosofía y religión, la felicidad es posible, y es medible, a través de nueve indicadores: bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad de la comunidad, cultura, salud, educación, diversidad medioambiental, nivel de vida y gobierno.
El consejo gratuito es que intente dejar de lado, al menos en tiempos electorales, las afirmaciones fatalistas, o las posturas políticas polarizantes, intente despertar desde su interior gemas de pensamiento positivo que le ayuden, y más en esta pandemia, mejorar la calidad de sus ideas, alimento indiscutible de su alma y corazón.
El 20 de marzo, a nivel internacional, se celebra el Día Internacional de la Felicidad, y si no lo sabía bienvenido a la idea de agregar el tema a la agenda personal. Para festejarlo puede buscar dar ejemplo de solidaridad e inclusión con los más necesitados y educar a sus cercanos respecto a lo importante de aprender a ser felices a pesar de todo, en lugar de esperar a ser felices hasta que diversas circunstancias cambien. ¡Está comprobado que se puede lo primero, sin lo segundo!
Y buscando recomendar un tema definitivo para acompañar esta sección, me llamó la atención el cantante venezolano Fernando Daniel Morillo Rivas, conocido artísticamente como Micro TDH, con ese tema pegajoso, alegre y divertido llamado “Felicidad”, donde mezclando rimas, pareciera que escribió ese tema especialmente para acompañar estas líneas.
¿Usted es feliz?, ¿no? ¿Qué le hace falta para serlo?, ¿ser millonario?, ¿liquidar el adeudo bancario? ¿Que se acabe la pandemia? ¿Y si no sucede lo anterior desperdiciará la oportunidad de sonreír cada mañana?
Piénselo, sé que parece poca cosa, sé que es más divertido ver TikTok ilimitado, que carece de emoción escuchar a los abuelos, y parece más interesante generar envidia en las redes sociales que transmitir mensajes inspiradores, pero la falacia termina en algún punto, ser feliz solo depende de ti, no importa si te dicen loco, soñador, enfermo o avestruz.
El paso por este mundo es más breve del que uno cree, el verdadero reto debe ser sonreír siempre sin importar qué y atender cada obstáculo con una solución, uno a la vez, sin prisas, pero sin pausas, uno a la vez. Notarás cómo la visión de nuestro mundo cambia radicalmente.
¡Feliz día de ser Feliz!