A semanas de la elección del 6 de junio en la que se votará la renovación de la Cámara de Diputados, PRI, PAN y PRD, partidos históricamente opositores los unos de los otros, pactaron ir coaligados también en el ámbito legislativo para “rescatar al país”. Va por México, la alianza electoral se trasladará a la 65 Legislatura con el objetivo de terminar “con la obediencia ciega del Congreso”. Así, con ánimos de triunfo, lo anunciaban sus dirigentes nacionales. Alejandro Moreno, líder priista, sostuvo que impulsan un proyecto para trabajar juntos por la unidad y las causas sociales por medio del cual se promoverá el análisis colegiado sobre el presupuesto para la reactivación económica, respeto a los órganos independientes y a la libertad de expresión y, prácticamente, ser un dolor de cabeza para Morena y su máximo representante, ya saben quién. Los aliados presentaron un decálogo en el que se contempla, entre lo ya mencionado, reestablecer el equilibrio de poderes ¿Se podría calificar esta alianza como maquiavélica? Es algo que no podemos asegurar, lo que sí deberían reflexionar los prisitas y panistas, especialmente, es que tanta alianza no sería necesaria si no se hubieran empeñado en saquear al pueblo por el que se preocupan tanto en cada proceso electoral o en dañar al país que ahora urgen rescatar cuando tuvieron el mismo poder en sus partidos, ¿o no es así? En medio de este escenario, querido lector, te pedimos que salgas a votar con conciencia colectiva que tanto hace falta y no olvides las recomendaciones sanitarias, pues seguimos en pandemia.