El artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala que: “el sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando los beneficios que para él prevé la ley…”, así como que “los sentenciados, en los casos y condiciones que establezca la ley, podrán compurgar sus penas en los centros penitenciarios más cercanos a su domicilio, a fin de propiciar su reintegración a la comunidad como forma de reinserción social…”
Estas consideraciones existían en Islas Marías, donde las personas se trasladaban de manera voluntaria en busca de un régimen penitenciario de semilibertad que les permitiera condiciones de vida mejores que las existentes en los centros de régimen cerrado.
En los últimos Diagnósticos de Supervisión Penitenciaria emitidos por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, se pudo observar que en este espacio se encontraban los centros mejor evaluados de la República Mexicana, con una tendencia ascendente.
Por lo anterior, no se entiende su desincorporación, vulnerando significativamente el Sistema Penitenciario Nacional, ya que se ha perdido un espacio reconocido por expertos y especialistas como el lugar que permitió brindar mayores oportunidades de reinserción social, en virtud del régimen de semilibertad en el que se compurgaba una pena de prisión de conformidad además con los estándares internacionales que así lo señalan, encontrándose con una prisión que por su naturaleza y organización se asemejaba a una vida similar a un régimen en libertad, tal y como se planteaba con el fin de preparar a las personas privadas de la libertad para el momento de su egreso.
Las calificaciones más altas obtenidas lo han demostrado, así como los programas y testimonios de quienes han egresado de este penal, por lo que la disminución de expectativas que permitan un modelo de reinserción social efectiva preocupa de manera significativa.
Por lo anterior, se considera que esta desincorporación implica una gran regresión dentro del Sistema Penitenciario Nacional al perder un modelo que permitía observar buenas prácticas y alcanzar con mayores probabilidades el fin de la pena de prisión.