Axel Dridiksson T. UNAM, 2020
Superar los actuales niveles de desigualdad social es el principal reto para llevar a cabo una verdadera reforma educativa, y sólo si ésta llega a plasmarse en una política de Estado de carácter alternativa, intercultural, de bien público, con equidad y sustentabilidad en el mediano y largo plazos. La capacidad del sistema de educación superior se presenta como segmentado de manera socioinstitucional en relación directa con los distintos sectores poblacionales, vale decir, en donde el hijo o hija de un obrero o de un campesino tendrá algunas posibilidades de acceder a la educación básica o a una carrera técnica, pero en una menor medida podrá ingresar y mantenerse en estudios superiores, mientras que los vástagos de las clases medias altas o altas, podrán hacerlo de manera continua y ascendente en todos los niveles educativos que así lo deseen, haya gratuidad o no.